viernes, 20 de julio de 2007

WENDY II


Hola Casilda, ¿te acuerdas de esa perrita que nos llegó en la víspera de Año Nuevo, desnutrida, sucia, asustada? Pues mírala ahora...dueña y señora de la casa.
El cambio de personalidad ha sido radical. Ya sus ojos no son suplicantes, son exigentes. Si me sorprende sentado con una mano en el aire en seguida siento su cabeza frotandola solicitando que la acaricie. Ahora mientras escribo estas líneas la tengo sentada a mi lado, curioseando lo que hago, y cada cierto tiempo pone una pata sobre mi pierna.

El saquito de huesos se ha convertido en una perra que sabe sus derechos y no duda en hacerlos valer.

Ya la dejo salir sin la cadena frente a la casa, porque sabe que tiene un hogar a donde regresar. Aunque sus tiempos de callejera les regresan a la mente cuando ve un basurero y no resiste la idea de buscar algo de comer en ellos (a pesar de estar muy bien alimentada). Sus ladridos son famoso en el barrio cada vez que llega alguien desconocido. En fin, cuando recuerdo a ese pobre ser que llegó hace seis meses a la puerta de la casa y veo a la altiva perra que es nuestra guardiana ahora, no me parece cierto que hayan sido la misma alguna vez....